miércoles, 20 de febrero de 2013

LEY DE VIDA



Ley de vida. Un tópico socorrido. ¿Por qué se dice socorrido de lo que socorre? El tópico acude a socorrer a todo aquél (casi todos) que no sabe qué decir. El de ley de vida, en particular, se aplica a la muerte. Como el de no somos nadie.
                                               Es verdad que la vida tiene sus leyes (misteriosas las más) y que podemos dejar de ser lo que somos en un santiamén (curioso que a la santiguada se la tome como señal del instante, como el hacerse cruces lo es del asombro). Y que ambos tópicos, como todos los tópicos, nada añaden a lo dicho y redicho.
                                               Pero cubren (una buena capa todo lo tapa) y encubren el universal horror silentii que padece nuestra sociedad enferma, compulsivamente parlanchina. Diga usted lo que quiera, aunque sea banal, o impertinente, aunque no venga a cuento, pero diga algo. El silencio para el reloj, paraliza el tiempo. Es un puro horror.
                                               No importa que lo que usted diga haya sido dicho infinitas veces. Ni si ha o no ha lugar. Diciendo algo, lo que sea, nos quita usted un peso de encima. El silencio pesa. Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se hizo un silencio como de media hora.

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