sábado, 9 de febrero de 2013

LA PASTA (II)



Ya sé por qué al dinero se lo llama la pasta. Porque une. Es como un pegamento que se aplica, como debe ser, a las superficies de los dos cuerpos a ajuntar. Pasta con pasta. Y elimina toda diferencia que pudiere haber de credos o ideales, de posturas o criterios, de actitudes o temperamentos. Practica el temperamento igual.
                                    La pasta transita, o hace transitar, de una tonalidad a otra, emocionalmente distintas pero cuantitativamente semejantes, sin novedad. Uno va y viene, de un lado a otro, sin que el cabello se le erice o el pulso lo acuse. Por la pasta que todo lo empasta.

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