lunes, 26 de marzo de 2012

PODER Y RED.

La Red y el poder son hermanos gemelos. La Red es poder y el poder se comporta como red. De ahí que sus estrategias respectivas resuenen. Y una de ellas consiste en un perpetuo y compulsivo aplazamiento. Una y otro aplazan indefinidamente sus movimientos y los concentran en el único y supremo de perpetuarse.

Se supone que al que ambiciona poder le mueve el deseo de poder hacer. Y así es probablemente. Pero, tan pronto como ha adquirido una parcela de él, ésta se le antoja insuficiente. Y se emplea a fondo en ampliarla. Tan a fondo que desvía su capacidad de hacer algo al empeño de poder hacer mucho más. El poder invierte sus armas en acrecentarse. No son armas para la guerra, sino armas para las armas.

Pues bien, la Red obra de modo semejante. Su señuelo, su poder, es la actualidad. La Red nos actualiza, no pone al día, al minuto, al segundo, a la décima de segundo. Su emblema es ser actual y que seamos actuales, que estamos "on line". Con lo cual no nos deja actuar. Déjese de hacer y déjese hacer: actualícese.

No actúe: sea actual, aunque el serlo le impida actuar. Esté siempre al día y deje que en ello transcurra el día. No pierda el tren. Adónde le lleve es lo de menos. Entrénese. No para jugar, sino para saberse entrenado. Que no se le escape el presente (efímero). Vaya con él y olvídese del pasado (que ya pasó) y descrea del porvenir (que está por venir). Sea actual. Más tarde (nunca, que siempre será tarde) actuará.

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